PAÍS LIBRO

Autores

w. martyn

de hombre a hombre

FRANK Bishop dejó la pluma sobre la cuartilla en la que escribía con mano nerviosa y echó una mirada distraída a través del ventanal de su despacho. El día era suave, algo cálido y luminoso. La alegría del sol se reflejaba en la fachada del rancho y sin saber por qué, Frank pensó en los tiestos, ya en flor, que su hija Rosie cuidaba con esmero y alineaba sobre soportes de hierro en la veranda del saledizo balcón del piso superior.