PAÍS LIBRO

Autores

w. a. barber

la muerte traza un boceto

No sé cómo empezar a explicar esto. Todo parece una pesadilla que no hubiera podido ocurrir jamás. El invierno ha pasado. Nueva York nota la proximidad de la primavera. Y ninguno de los horrores de aquellos últimos días de noviembre de 1938 parecen reales. Sin embargo, para los que nos vimos envueltos en el caso, hay momentos en que aún nos resulta lleno de realidad. No obstante, de todo cuanto ocurrió quedan muy pocas cosas que obliguen a recordar. Solo una plateada bolita, guardada en una caja, entre mis medias, en el fondo de uno de los cajones de mi buró.