¿quieres plomo, forajido?
Albert Mc Lean alzó la mano para que se detuviese el carromato. Luego, su vista de águila recorrió toda la extensión de terreno y una tenue sonrisa entreabrió sus labios. La guerra de Secesión, que había asolado el país, de parte a paute, acababa de finalizar y la inmensa mayoría del territorio del Sur se encontraba totalmente devastada. Ello fue causa de que muchos hombres, al regresar a sus hogares, se encontrasen con que nada tenían. Muchos, amargados por la derrota, no supieron o no quisieron emprender una nueva vida. Otros, dirigieron su mirada hacia las tierras vírgenes, y con muchas penalidades, en un éxodo, sembró su camino de tumbas, emigraron hacia aquellos parajes que se ofrecían prósperos para quienes quisieran trabajar su suelo.