duro y a la cabeza
TRES hombres estaban siendo juzgados en un agrietado edificio situado en las afueras del tumultuoso pueblo de Gun City. A dos de ellos se les acusaba de asesinato y robo a mano armada; al tercero, de fullero, ladrón y pistolero. El encargado de interrogarles era el tabernero, que alternaba sus funciones de servir licores con la de encargado de administrar justicia en la pequeña población.