PAÍS LIBRO

Autores

vander kane

ahorcando rufianes

Dos tiros, es decir, dos balas que habían zumbado por el aire. Lo interesante era averiguar si aquellos dos abejorros de plomo se habían perdido en el espacio o habían ido a alojarse en sendos cuerpos humanos. Una especie de destino burlón parecía empujar a «Doc» Silver Hands a aquellos sitios donde se organizaba un jaleo. Un hombre prudente, al oír los tiros, se habría apresurado a alejarse del sitio donde se cambiaban aquellos saludos tan poco saludables. «Doc» hizo precisamente lo contrario.