cargamento para el infierno
-¡Dennison! Ellis alzó la cabeza, mirando por encima del hombro hacia la enrejada puerta de la celda. Al otro lado, una pareja de guardianes esperaban que contestara. -¿Qué hay? ¿No podéis dejarme en paz, ni a estas horas? -¡Levántate! ¡Hay traslado! Ellis Dennison rió torvamente. -¿Tenéis miedo de que me escape... o es que hay fuego? ¡Ya llevo tres cambios de celda en menos de diez días! ¡Esperad a la mañana! -¿Sales... o entramos nosotros? -amenazó el guardián que hablara antes, viendo que Dennison volvía la cabeza hacia el muro, como disponiéndose a seguir durmiendo.