la muñeca pide ayuda
Mi nombre es Ed Rivers. Vivo en Tampa, Florida, donde trabajo como policía privado. Mido seis pies de alto, peso alrededor de ciento noventa libras y tengo cuarenta años. Cuando me miro en el espejo, veo una cara pesada y de oso, bronceada y arrugada, los párpados gruesos le dan a los ojos marrones un aspecto perezoso. Las mujeres quieren hacerse cargo de esa cara o quieren huir de ella. Los hombres la temen o confían en ella al máximo. No es una cara que alguna vez encuentre una reacción neutral. No siempre estoy contento con eso, pero es mi cara y tengo que hacer lo mejor que pueda con ella.