misión de guerra
El capitán George Ryan recorría con paso elástico uno de los largos pasillos del Pentágono, en Washington, donde se hallan centralizadas todas las fuerzas armadas de los Estados Unidos. De elevada estatura y cuerpo atlético, su figura resaltaba entre todos los que iban y venían presurosos por el inmenso edificio. Muchos eran los que le saludaban con un familiar movimiento de cabeza, ya que desde hacía algún tiempo, George prestaba sus servicios en la Jefatura del «Military Inteligence Service»[1]y había llegado a hacerse popular entre sus compañeros de trabajo