el abrigo de cebellina
—Tendría usted que ver el abrigo para comprender. Examínelo y se convencerá —balbuceó emocionado el vendedor de pieles al describir a Don Cadee el más fabuloso abrigo de piel de cebellina que pueda imaginarse. Cadee, Detective jefe, encargado de la protección de los fastuosos almacenes Ambletts, tuvo que cooperar para realizar la entrega. No era necesario un coche blindado. El vendedor y un ayudante de Cadee lo entregarían, discretamente, a la sugestiva estrella de la televisión, como un muy especial regalo de cumpleaños. Pero ni el abrigo ni los hombres llegaron. Y la tarea de Cadee no es tan solo la recuperación de una mercancía de cien mil dólares, sino también las vidas de los dos hombres.