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silver kane

necesito un trago

—¡En guardia, Parker! Parker se volvió con la velocidad de un puma, mientras llevaba la derecha hacia el revólver. Pero se detuvo al ver que su enemigo, apenas a quince pasos, también tenía ya los dedos casi cerrados sobre el «Colt». Era un desafío en regla. Por la calle central de Tombstone pasó otra vez el frío de la muerte. Parker masculló: —Parece que estás muy gallito, Cassidy… Deberías recordar que aún me quedan hombres para acabar contigo.