PAÍS LIBRO

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silver kane

duérmete, querida

La mujer era alta, rubia, esplendorosa. Tenía los ojos azules, pero metálicos y fríos, como el azul del acero bien trabajado. Tenía un busto apretado y firme y unos labios rojos y entreabiertos como una obsesión. Tenía también una «Luger» en su mano derecha. Junto a cosas tan bellas y atractivas, la «Luger» era algo repelente, como una serpiente en el tocador de una vedette.