mi obsesión más ardiente
Querido diario, Tengo un problema, uno grande, y al igual que todos mis otros problemas, tiene que ver con Adrien Davenport. He estado intentando mantener al Jefe a distancia desde que empecé a trabajar para él, y pensé que lo tenía controlado, pero hoy metí la pata hasta el fondo. Lo besé. Ni lo digas, Diario. Sé que fue la cosa más tonta que pude hacer, ¡Pero era una emergencia! ¿Y ahora qué se supone que debo hacer? Sé que debería seguir resistiéndome a él. Demonios, debería marchar a su oficina mañana y renunciar, y totalmente lo haría, pero necesito este trabajo. No puedo ceder ante él, por mucho que lo desee en secreto. Sólo necesito fingir que el beso nunca ocurrió, y podemos volver al status quo. ¿Verdad? Ugh, sí, lo sé, Diario. Nunca va a dejar pasar esto. Ahora estoy muy jodida. Y no de la manera que el Jefe quiere que lo esté.