el retorno del asesino
Ayer nomás se hizo mundialmente famoso por ser sindicado como “El Asesino de las Rubias” Una sombra sin rostro que aterrorizaba a todos en la Gran Manzana. Fue acusado y detenido, más no juzgado. Tras salir de prisión, se propuso ir contra viento y marea para detener la maldad y la saña del antiguo comisionado de Nueva York, Arthur Mayer, que resultó ser la cabeza visible, la punta del iceberg, de un entramado mucho más siniestro. Lo hizo. Debió enfrentarse a las mentes más atrofiadas, a los psicópatas más avezados para descubrir una verdad tan sorpresiva como dolorosa, tan paralizante como bendecida: su hija Violet estaba con vida, o al menos ese era el rumor. Se esfumó en el aire. Fiel a su hermetismo y las estratagemas non santas de sus años de criminal, desapareció del radar y comenzó una cacería sin cuartel contra todos los involucrados en destruir su familia. Murió. Luego de consumar su venganza, debió pasar los días confinado en una celda oscura, acostumbrándose a susurrar como un fantasma hasta tanto pudiera romper las cadenas del pasado y abrir sin miedos ni miramientos la caja de Pandora. No fue gratis. Ahora, mientras regresa de la muerte para sumir en el infierno los cabos sueltos, Thomas deberá enfrentarse a la nueva y fulminante realidad; nadie está esperándolo y puede que aquello que siempre quiso y tanto trabajo y esmero le costó tener, se escurriera entre los dedos de la ausencia y lo perdiera para siempre.