una historia de noche
Diecinueve años antes de decidir morir, Nora Seed se sentó en la calidez de la pequeña biblioteca de la escuela Hazeldene en la ciudad de Bedford. Se sentó en una mesa baja mirando un tablero de ajedrez. —Nora, querida, es natural que te preocupes por tu futuro —dijo la bibliotecaria, la señora Elm, con los ojos brillantes—. La Sra. Elm hizo su primer movimiento. Un caballo saltando sobre la ordenada fila de peones blancos. 'Por supuesto, vas a estar preocupado por los exámenes. Pero podrías ser lo que quieras ser, Nora. Piensa en toda esa posibilidad. Es emocionante.' 'Sí. Supongo que lo es. Toda una vida por delante. Toda una vida. Podrías hacer cualquier cosa, vivir en cualquier parte. En algún lugar un poco menos frío y húmedo. Nora adelantó un peón dos espacios. Era difícil no comparar a la Sra. Elm con su madre, quien trataba a Nora como un error que necesitaba corrección. Por ejemplo, cuando era un bebé, su madre estaba tan preocupada de que la oreja izquierda de Nora sobresaliera más que la derecha que usó cinta adhesiva para abordar la situación y luego la ocultó debajo de un gorro de lana. —Odio el frío y la humedad —añadió la señora Elm para dar énfasis—. La señora Elm tenía el pelo corto y gris y un rostro ovalado amable y ligeramente arrugado que se asentaba pálido sobre su polo verde tortuga. Ella era bastante mayor. Pero también era la persona más en la longitud de onda de Nora en toda la escuela, e incluso en los días en que no llovía, pasaba el descanso de la tarde en la pequeña biblioteca. “El frío y la humedad no siempre van juntos”, le dijo Nora. 'La Antártida es el continente más seco de la Tierra. Técnicamente, es un desierto. 'Bueno, eso suena en tu calle.' No creo que esté lo suficientemente lejos. 'Bueno, tal vez deberías ser astronauta. Viaja por la galaxia. Nora sonrió. La lluvia es aún peor en otros planetas. —¿Peor que Bedfordshire? 'En Venus es ácido puro.'