jack cicatrices
El hombre que tan cortésmente había sido “invitado” a marcharse de la habitación donde estaba, se volvió de espaldas a “Cicatrices” y a su lugarteniente. Cuando lo había hecho, el primero afirmó con la cabeza, al mismo tiempo que observaba cómo su compañero desenfundaba lentamente el revólver que le pendía de su cinturón. Se oyó un disparo que retumbó en la miserable estancia donde se encontraban. Y aquel hombre que intentaba abandonarla, cayó de bruces mordiendo el suelo, para no levantarse jamás de allí, por sí solo.