fuente de pasiones
La calle principal de Clovis, un pequeño poblado situado entre Llano Estado y Arroyo del Macho en los territorios de Nuevo México, estaba casi desierta cuando aquel jinete, montado en brioso corcel blanco, la atravesó a galope tendido. Solo algunos vaqueros descansaban sentados en las balaustradas y tinglados de madera que formaban las aceras de la calle. Ninguno de aquellos hombres se dio exacta cuenta de nada, aunque entre ellos estaba el viejo Francis Perkins, que más tarde tendría que contar al sheriff lo que sus vivarachos ojillos, siempre mirando a todos sitios, habían presenciado.