PAÍS LIBRO

Autores

ralph barby

la gallina de los huevos de oro

El rostro del locutor de la televisión norteamericana no aparecía en pantalla, pues las cámaras sólo buscaban las figuras de Armstrong, Aldrin y Collins, la inconfundible silueta del «Apolo XI», el centro de observación, la gran tribuna de invitados de la Prensa y la bien cuidada tribuna para invitados especiales entre los que se encontraban el expresidente Johnson y presidentes de otros Estados extranjeros, hermanados con Estados Unidos en la maravillosa aventura del siglo y quizá de todos los tiempos. La voz del locutor se desgarraba, enronquecía y parecía ir a quebrarse en cualquier instante dada la violencia de su expresión. La gran aventura iba a comenzar. Sobreimpresos en las pantallas de los receptores, en un programa que se captaba en todo el universo, servido en cada nación, con el idioma autóctono a través de los enviados especiales, podían verse los breves segundos que faltaban para que el cohete se elevara y los ojos se cegasen en aquella mañana clara del 16 de julio de 1969.