armas, esmeraldas y kung-fu
Se achicaron para reconcentrar la mirada sobre su rival los ojos de Gard Cooper, el famoso piloto de carreras norteamericano, triunfador en las carreras americanas y europeas de prototipos gran turismo, y que acababa de pasarse al reducido número de los pilotos de Fórmula 1, la élite de los hombres de las cuatro ruedas. Pasar a fórmula 1 era como casarse con Mademoiselle Mort.