el fiador
Todos en algún momento necesitan dinero y solo lo conseguirán de un hombre… Lars Arsen, o sea, yo. ¿Cuál era mi profesión? De día, le fiaba el dinero a las personas que iban a corte y el juez los sentenciaba a determinado tiempo en la cárcel o el pago de una multa. De noche, se lo prestaba a todo aquel que lo requería, no me importaban sus razones, lo único que me interesaba era que me lo devolvieran con unos jugosos intereses.