la historia de amor que no escribí
Soltera y con más de treinta años, Adhara Ponce nunca ha estado verdaderamente enamorada. Aunque acepta salir a citas buscando el amor, no ha tenido suerte y siempre ocurre lo mismo: los hombres que conoce le parecen ordinarios, toscos, narcisistas, aburridos, raros, o lelos… En el mejor de los casos. De hecho se ha planteado seriamente tirar la toalla y abrazar su destino como la eterna solterona de la familia. Para compensar su inexistente vida amorosa y evadirse de la realidad de su trabajo que es ingrato y estresante, pero que adora, se vuelca en la escritura de novelas de romance algo subidas de tono, las cuales publica con pseudónimo en una plataforma gratuita para escritores amateur. Nadie puede enterarse. Está al frente de una institución renombrada y tiene una reputación que mantener. Lo cual fue un gran acierto, pues se encuentra bajo la lupa del más severo crítico de romántica. Le apodan “el troll” porque sólo accede a la aplicación para tirar comentarios destructivos a las autoras ¿Y si de repente su secreto saliera a la luz? ¿Y si finalmente conociera a un chico que vale la pena? ¿Y si ese chico siempre supo la verdad? Quizás el amor está donde menos lo espera.