cuando la navidad se salga de los rieles
Moon miró alrededor de la estación para localizar los tablones de anuncios; le quedaba poco tiempo antes de que su Thalys partiera hacia Bruselas. Un viento frío soplaba a su espalda, que parecía querer arrancarle el abrigo color ciruela. ¡Hacía muy mal tiempo! No podía esperar a ponerse a salvo. Después de enderezar su adorable gorro de lana con pompones, se echó hacia atrás un mechón de su flequillo y miró las líneas del tablero de luces. Una sonrisa iluminó su rostro: ¡perfecto! Llegó a tiempo, por lo que los milagros navideños no eran solo para la televisión. Valientemente, comenzó a abrirse paso entre las filas de viajeros que venían en la dirección opuesta. Este es el tipo de momento en el que Moon podría haberse arrepentido de estar tan cargada, pero, agarrando firmemente su maleta XXL y sus diversos bolsos, continuó avanzando sin pestañear. Había enfrentado un horario demencial en el trabajo, un tacón roto y casi le habían arrancado el bolso "No le digas a nadie, pero yo soy ..." seguido del logo de Wonder Woman; en resumen, ella ya no estaba cerca de eso.