sentencia
Carmela solo tiene un deseo: vengarse del juez que la sentenció a quince años de prisión por un crimen que no cometió. Pero al encontrarse con Esteban, olvida su rencor y cae sin remedio bajo su encanto. No es el frío hombre que acabó con su vida, sus besos despiertan a la mujer, y ella no sabe si escapar o aceptar que se ha enamorado.