PAÍS LIBRO

Autores

peter debry

tunel siniestro

Brod Garvin, Geo Cohen y yo estábamos pescando truchas cerca de la antigua mina de cobre, cuando sonó el estampido. Un estrépito súbito, como si una banda de borrachos invadiera el bosque conduciendo tractores. Después, un silencio total, y nosotros tres permanecíamos boquiabiertos, hasta que Brod jadeó: —¿Qué demonios ha sido? —Retumbó como si un coche, tomando el viraje demasiado por fuera, se estrellase en la vieja carretera de la mina —dije yo. Salí fuera del agua, chapoteando las botas, y empecé a correr, abandonando mi caña de pescar. A los diez metros me pasó delante Brod. Era pequeño, delgado, y podía correr como un Foxterrier. Yo soy más pesado.