eslabones entre la lluvia
La lluvia arrecia a lo lejos y el tiempo es un reloj de arena que no se detiene. Repiquetean las gotas de agua sobre las láminas, y mientras el manzano crece y la madera cruje... La vida pasa. Yoshi tenía los dedos manchados de pintura acrílica y millones de historias en su cabeza; solía plasmar al lienzo cuentos fantásticos y cotidianos mientras oía música triste y dejaba que la vida le arrastrase entre sus vertiginosas corrientes. Mi princesa de ojos de fuego vivía para él y yo observaba a lo lejos, pudoroso, contenido. Siempre a punto de estallar de celos. La lluvia caía a lo lejos y el manzano nunca dio un fruto comestible. Nubarrones densos cayeron en nuestras espaldas y el vaho se alejaba entre susurrantes deseos, entre lágrimas y entre miradas, entre paredes de concreto que separaban por etapas nuestras vidas. Una historia acerca de los primeros amores, aquellos que dejan una marca permanente, aquellos que por ser tan especiales se vuelven inolvidables.