en pie como los árboles
AQUEL hombre entró en Colorado Springs una mañana de noviembre. Lo primero que hizo fue dirigirse a los campos de remolacha. Cosa rara en un hombre que parecía haber cabalgado tanto y llevaba un caballo tan cansado. Lo lógico hubiera sido ir directamente al saloon a refrescar el gaznate con un buen trago y, después, hacer ya lo que tuviera hacer en el pueblo. Pero el hombre de aquella mañana de noviembre, parecía tener mucha prisa.