traición en saigón
EN la margen derecha del Dong-Nai, de color plomizo sus aguas lentas, y sentado sobre una roca, en la colina Mang-Pree, que hacía de parque natural en las afueras de la ciudad, contemplaba con cierta nostalgia cómo el «New York» se iba alejando hacia la desembocadura del río, en busca del Mar de la China. El buque había desembarcado dos días antes veinticinco aviones para las fuerzas francesas y otro material de guerra. Ahora partía de nuevo hacia San Francisco, hacia la querida América, que tanto echaba de menos, no obstante llevar solamente en Saigón seis meses, el capitán Braband, el triste paseante del parque Mang-Pree.