al final, la muerte
ESTABA sentado Ready ante una mesita, bajo el tibio sol, en la terraza del Café Miramar, en la Promenade des Anglais. Ante él tenía la copa de «whisky» con seltz, el platillo de almendras saladas, y en las manos, un número del «New York Times», edición parisién, que leía aburridamente, cuando se levantó precipitadamente, sonriendo, mientras veía acercarse a un hombre alto, fuerte, bien vestido, llevando en el brazo una trinchera.