PAÍS LIBRO

Autores

o. c. tavin

al borde del abismo

EL gigante «cop» le contemplaba con sonrisa desdeñosa mientras se acercaba hasta donde él estaba prestando servicio, en una de las aceras de Pacific Street. Cuando el muchacho estuvo a su lado, extendió una de sus manazas y lo detuvo con un gesto entre amistoso y burlón.