reina depravada
La hice mi reina. Luego rompió su corona. Alexis no era nada... hasta que la convertí en mi todo. Mi reina. Mi mundo. Mi sol y mis estrellas. Pero justo cuando pensaba que podía confiar en ella, mi tigresa mostró sus verdaderas garras. Huyó de mí. Y se llevó a nuestro hijo pequeño con ella. Algunos pecados son imperdonables, y nadie me quita lo que es mío. La encontraré. La recuperaré. Y entonces me aseguraré de que nunca pueda dejarme de nuevo.