kostya
Puedo comprar la sumisión de mi secretaria o puedo conseguirla por las malas. El accidente de auto mortal de mi ex me dejó un trágico obsequio: Una hija de la que no sabía nada. Soy un jefe de la mafia, un multimillonario, un coloso. No soy una niñera. Necesito un toque femenino para poder criar a mi hija. Mi secretaria todavía no lo sabe, pero su vida está a punto de cambiar. Charlotte es preciosa, intempestiva. ¿Y lo mejor de todo? Está desesperada. Por eso, a partir de ahora, haremos las cosas a mi manera. Empezaremos con cinco palabras inocentes: «Déjame ser tu dueño, preciosa».