venus de fuego
Venus de fuego era una máquina de sexo. Concretamente una máquina registradora. Hay mujeres cuyo sexo tiene tal parecido con una caja registradora que hasta suena la típica musiquilla cuando metes bola. Y hay hombres que han metido su pajarito en la caja fuerte, sin musiquilla, y ahí lo dejan muerto de risa hasta que alguien acierta con la combinación. De todo hay en la viña del señor. Venus de fuego era una de esas mujeres de espléndido escaparate que han descubierto la fórmula exacta para transformar su sexo en una máquina registradora, capaz de marcar cada polvo con un clinc y su cuenta corriente con un cero detrás de otro. Algo así como subo un orgasmo y pongo varios ceros a la cifra siguiente. Iba a decir curiosamente, pero debo cambiar la expresión por precisamente por eso era una mujer de bandera. Una mujer con menos cuerpo que ella no habría podido hacerlo.