imponiendo la ley
El nombre de Cripple Creek Joe tardo muy poco tiempo en hacerse famoso en la comarca del poblado minero de Cañón City. Sus andanzas y correrías corrieron de boca en boca y hubo quien llegó a asegurar que aquel hombre tenía hecho un pacto con el demonio. Al mando de una veintena de forajidos, pistoleros profesionales, «matones» empedernidos y acostumbrados al asesinato y al saqueo, merodeaban continuamente por las cercanías de las montañas Rocosas, cayendo como una jauría de lobos sobre los ranchos ganaderos, pasando a cuchillo a los bravos defensores, y constituyendo el terror de los escasos habitantes de la pequeña ciudad de Colorado.