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Serie: Inspector Hazlerigg 6. Cuando Wilfred Wetherall supo que los muchachos le apodaban «Wellington» no se disgustó. Era un admirador del duque, y no le cabía la menor duda de que si le llamaban así era debido a sus frecuentes referencias a este héroe. El director de una escuela tiene que tener su apodo, y pudo haberlo correspondido otro mucho peor. Existía cierta semejanza en los rasgos de su rostro, en el puente de su nariz y en su porte y talante. Su parecido no terminaba allí. Nadie, ni siquiera el propio Wetherall, imaginaba que tenía el carácter de Wellington y que le era muy útil para sobrellevar las diarias dificultades que acosan al director de toda escuela secundarla con demasiados niños y pocos maestros en el sudeste de Londres.