merritt, aprendiz de detective
Entre los hermanos Parker existe un código secreto que se han visto precisados a inventar debido a que las circunstancias les mantienen alejados. Pero en un momento crucial de su existencia, margarita, decide hacer caso omiso de la implícita advertencia contenida en la postdata que Roy ha escrito al final de una carta por la que el inquietante “primo Job” la invita a pasar una temporada en la mansión de la vieja señora Livingstone. Allí los dos jóvenes traban amistad con Merritt, un joven gordo y con gafas que quiere seguir las huellas de Sherlock Holmes y que termina por descubrir que su inmensa y desconcertante cultura tiene su “talón de Aquiles”: la cultura física. Y pronto queda demostrado que para hacer frente a ciertas contingencias hay que saber nadar y que tampoco están de más, para ponerse en forma, unos cuantos saltos sobre el potro de madera. Su decisión de poner pronto remedio a sus deficiencias, da a Merritt la clave del misterio que envuelve la descuidada mansión de la tía Livingstone, clave que termina por proporcionar a Roy y a Margarita, amén de una madre que daban por perdida, una pingüe y saneada fortuna.