PAÍS LIBRO

Autores

mark halloran

r.i.p. en dakar

Cosa rara: llovía en la estación seca. Un chubasco tropical había comenzado a caer ya entrada la noche. Bill Paige vio estrellarse las primeras gotas sobre la amplia acera del bulevar Catroux cuando salía del Club Ulanga; gotas pesadas, ruidosas, grandes como impactos del 45. La lluvia era ahora espesa e insistente, una verdadera bendición. La humedad formaba a ras del suelo una neblina gris, una franja de vapor aromático que se pegaba a los objetos, flotaba en mitad de las calzadas y alteraba por completo la apariencia de la ciudad.