la diadema de fuego (tomo ii)
Aquellos que seguís el hilo de esta historia no la abandonéis en sus comienzos. Una perfecta historia es como una sarta; cada suceso se engarza en el siguiente como las cuentas de un collar. Sería de desear que las acciones de los hombres fuesen así; limpias y acabadas como una perla y que el resultado diese por origen una joya. La pureza y limpidez de cada acción depende de la sinceridad transparente y limpia de aquel que la ejecuta. Hoy los hombres han aprendido a hablar de una manera y obrar de otra.