PAÍS LIBRO

Autores

maría beatobe

posdata: sonríe

Yo era un tipo al que, a priori, no le faltaba de nada. Tenía un trabajo que me permitía vivir de una manera holgada. La genética me había dotado de un atractivo físico, aunque pudiera sonar vanidoso, bastante tolerable. Mi vida amorosa también era aceptable. De vez en cuando, conocía a alguna mujer con la que compartía algo más que una copa, siempre sin dar más esperanzas de lo que era capaz de ofrecer, ni ellas a mí. Sin falsas esperanzas ni frases que pudieran comprometernos a una futura llamada de teléfono que nunca se llegaría a producir. Tenía tres hermanas que siempre me habían sobreprotegido por aquello de ser el pequeño, y unos padres felizmente casados. Pero ¿sabéis qué? Que me faltaba algo. Algo importante. Algo que me costó descifrar y conseguí hacerlo con el tiempo. Notaba ese vacío hacía tiempo, pero no lograba saber qué era aquello que no me dejaba ser feliz del todo. No todo era tan perfecto, aunque pudiera llegar a parecerlo. Algo que me motivara al despertarme por la mañana. Algo que me hiciera sonreír. Porque, aunque pudiera sonar como que sonreír era una banalidad comparada con otras cosas, a mi vida le faltaba una sonrisa. Tenía de todo. De todo lo material, quiero decir. Pero mi corazón estaba vacío. Echaba de menos pasar los fines de semana en casa con alguien, compartir mi día a día con otra persona y querer saber cómo le fue el suyo, pensar en alguien y sonreír al hacerlo… Con ninguna pareja había conseguido entregarme hasta el punto de llegar a ser yo mismo. Con mis virtudes y mis defectos. Yo, en estado puro. Sin embargo, en ese momento de mi vida había una persona que empezaba a conseguir llenar ese vacío. Una mujer que provocaba en mí esas sonrisas verdaderas tan ausentes en mi día a día. Ella. Mi amiga. Mi compañera de trabajo. Emily.