sangre patricia
Para el crítico chileno Arturo Torres Rioseco, la novela *Sangre patricia* es un "estudio de psicopatología". En ella, sin duda, se refleja el rico mundo del continente suramericano en la literatura, el cual para el momento de la aparición de la novela no había sido explorado en forma alguna. Como en toda obra de arte de Díaz Rodríguez, hay que destacar el valor artístico de esta novela. En ella el novelista acude a símbolos estéticos y psicológicos que los colocan entre los precursores de una novelística de verdadero ámbito universal en América. En esta novela, el color verde es como símbolo de la locura. Tulio Arcos, el protagonista, después de la muerte de Belén, su amada, que tenía los ojos verdes, cree ver en todo, o en el mar, que se tragó el cuerpo, o los ojos verdes que constituyen como la obsesión de toda su vida. Raro sueño de artista es la figura deslumbrante de Belén: "Aquella novia que mostraba en su belleza algo del color, un poco de sal y mucho del misterio de los mares. Bien se podía ven en su abundante y ensortijada cabellera la obra de muchas nereidas artistas que tejiendo y trenzando una alga, reluciente como las sedas y reluciente como como la endrina, encantaron el ocio de las bahías y las grutas; al milagro de su carne parecían haber asistido el alma de la espuma y el alma de la perla abrazadas hasta fundirse en la sangre de los más pálidos corales rosas; y sus ojos verdes eran como minúsculos remansos limpísimos, cuajados de sueños, en una costa virgen toda llena de camelias blancas".