PAÍS LIBRO

Autores

m. l. estefanía

un tipo engreído

El jinete caminaba sin prisa alguna y contemplaba los establecimientos que había a uno y otro lado de la calle, por la que caminaba, enterrando sus botas hasta los tobillos, en un verdadero mar de polvo. Le hacían mucha gracia los rótulos que iba leyendo, y que respondían al bautizo de cada local, que eran más de los que pudiera suponer en esa ciudad. Había oído hablar mucho de ella.