un día trágico
El vaquero, sin dejar, de sonreír, se alejó del taller del herrero. Doc Morley, como se llamaba el herrero, era una de las personas más estimadas de Rincón, aunque tenía por costumbre gruñir y protestar por todo. Doc, al quedar nuevamente a solas en el taller, siguió golpeando con el pesado mazo sobre el yunque, forjando un hierro, y sin dejar de protestar en voz alta. Una joven muy bonita entró en el taller sin que Doc la viese.