tejano por encima del todo
No tuvieron que repetir la orden. Las cinco personas que iban sentadas frente a la joven, se levantaron en el acto. Hasta la muchacha llegaba la vaharada de alcohol que despedían los cinco que ocupaban los asientos abandonados. Y como iba junto a una ventanilla, miró por ella al paisaje árido que desfilaba ante su vista.