PAÍS LIBRO

Autores

m. l. estefanía

soberbia de pistolero

El jinete detuvo su montura. Descendió lentamente, mientras que sus ojos contemplaban con deleite el paisaje que desde esa altura dominaba. Soltó la brida y sentóse en una roca. Mientras que su vista revoloteaba inquieta sobre el extenso valle que tenía a sus pies, sacó la petaca y la pipa. Cargó ésta de una manera mecánica, Prendió fuego y, como si el humo del tabaco ahuyentara sus viejos recuerdos, sonrió.