PAÍS LIBRO

Autores

m. l. estefanía

se necesitan cowboys

LA dueña de la cantina y sus dos empleadas estaban a la puerta, contemplando el descenso de vaqueros del tren últimamente llegado. Todos ellos iban directamente al local. Antes de que llegaran, ya estaban las tres en el interior. El barman fue avisado que llegaban clientes.