PAÍS LIBRO

Autores

m. l. estefanía

rastro sangriento

Cuando un hombre se ha pasado diez años de los veinticinco que tiene, encerrado en una penitenciaría y Heva sobre su ánimo la imborrable impresión de un padre ahorcado y una infancia turbulenta y una acusación infamante, es poco probable que se emocione ante una sonrisa de mujer o que llegue a temblar ante la perspectiva de convertirse en una especie de chacal acosado, con su nombre expuesto en todas las esquinas con unas respetables cifras debajo. Porque Ames, el hombre que acababa de salir de la penitenciaría, sintió cómo su fatal destino le empujaba a seguir el RASTRO SANGRIENTO dejado por sus propios pasos, rastro que él haría reverberar de nuevo, en sus locas ansias de extirpar hasta el último de sus enemigos. Pero si no fué capaz de temblar ante semejante perspectiva, sí se emocionó ante la tentadora sonrisa de una mujer, la única de este mundo con quien jamás tenía Ames que haberse tropezado, porque era la propia hija del causante de su ruina... He aquí una de las novelas del Oeste ante cuyo apasionante argumento no podrá el lector sustraerse, porque su intensa emoción llega a dominar los sentidos, obligando a devorar sin descanso, desde la primera a la última página de RASTRO SANGRIENTO, la historia más audaz y sobrecogedora de cuantas entretejen la historia del lejano Oeste.