pueblo de ventajistas
El «saloon» estaba tan lleno de bebedores, mineros con o sin parcela, que era difícil moverse con cierta libertad. Ramer era aún lo bastante fuerte como para trabajar varias horas diarias, lavando arenas con agua hasta más arriba de las rodillas, y obtenía, como término medio, de dos a tres libras semanales por limpiar y abrillantar pepitas. No era ni mucho menos para enriquecerse, pero en cambio podía beber a diario y divertirse con la distracción ajena.