PAÍS LIBRO

Autores

m. l. estefanía

plomo para ventajistas

Una cortina de polvo rojizo semiocultaba el poblado de la alta montaña que, como un dogal, lo rodeaba. Dos jinetes detuvieron sus cabalgaduras y uno de ellos, echándose el sombrero hacia atrás, secóse la frente sudorosa con un sucio, pañuelo, diciendo: —Ése es Brawley. El pueblo minero de la frontera. Estoy rendido; podíamos descansar…