PAÍS LIBRO

Autores

m. l. estefanía

plomo en el cuerpo

Unos clientes interrumpieron la conversación de ambos. Joseph, el dueño del bar que llevaba su nombre, se acercó para atenderles. Les puso una botella sobre el mostrador y regresó al lado de Thomas Lindbergh, el hombre con quien antes hablaba. Sonrió el viejo minero al verle.