la risa del pistolero
-¡Silencio!… ¡No quisiera verme obligado a mandar despejar la sala! Y el honorable juez Custer golpeó con el mazo de madera sobre la mesa. Estaba muy incomodado por los murmullos, que no dejaban entenderse. La aglomeración era excesiva en el nuevo local de la escuela, construida por subscripción pública y que instituía el más grande orgullo de Sansas City. Todos los bancos de madera y los pupitres individuales estaban ocupados por un número doble al de los alumnos, y teniendo en cuenta el mayor volumen e los curiosos que asistían a la vista de la causa contra Patch Taylor, acusado de formar parte de la banda de Scarface, sobrenombre con el que era conocido uno de los bandidos más célebres en la agitada vida del Oeste americano.