la alambrada
—No digas en el rancho que he tenido carta, ¿de acuerdo? —Lo que digas, Walter… Pero tengo otra carta para Stuart. —Se la entregas tú. Anda por el saloon. —No te preocupes. Será entregada a él. —Y procura que haya testigos, porque supongo que la letra es la misma, ¿no? —En efecto. Es de la hija de Dodge, ¿no?