jugándose la vida
-¡Es un hombre que no me agrada, papá! No hay naturalidad en él… Y creo que ha de darte más de un disgusto si es que estás metido en negocios con un hombre de esa catadura moral… —Has de tener en cuenta que se trata del más influente en la ciudad y que no conviene estar a mal con él. Es quien controla los bosques y la ciudad. Tiene amigos que no se detienen ante nada… —Se ve que le tienes miedo y ha creído que me pasa lo mi… —Pero se equivoca conmigo… Y no me agrada, así que no estoy enamorada de él, aunque se considere un hombre de los llamados guapos…